CONSTANTINO KAVAFIS, 1863-1933

Ten siempre a Itaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Más no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Itaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Más ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca.
Rico en saber y vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Itacas.

     MIGUEL HERNANDEZ 1910-1942

 Recojo con las pestañas
sal del alma y sal del ojo
y flores de telarañas
de mis tristezas recojo.

¿A dónde iré que no vaya
mi perdición a buscar?
Tu destino es de la playa
y mi vocación del mar.


        RAFAEL ALBERTI 1902-1999

No quiero barca, corazón barquero,

quiero ir andando por la mar al puerto.

¡Qué dulce el agua salada

con su salitre hecho cielo!

¡No quiero sandalias, no!

Quiero ir descalzo, barquero

No quiero barca, corazón barquero,

quiero ir andando por la mar al puerto.

          Garcia lorca 1898-1936

 Corazón, y esta amargura

seria, ¿de dónde nace?

-¡Amarga mucho el agua

De los mares!—

El Mar

Sonríe a lo lejos.

Dientes de espuma,

Labios de cielo.


             Jose hierro 1922-2002

Como sentirse con las manos

en flor, palpando la alegría.

Como escuchar el grave acorde

de la resaca y de la brisa.

Cuando salí de ti, a mí mismo

me prometí que volvería.

Era en otoño, y en otoño

llego, otra vez, a tus orillas.

( De entre tus ondas el otoño 

nace más bello cada día. )

      Fernando Pessoa 1888-1935

Vivimos todos, en este mundo,

 a bordo de un navío

zarpado de un puerto que desconocemos

hacia un puerto que ignoramos;

 debemos tener los unos con los otros

  una amabilidad de viaje. 


    Charles Baudelaire 1821-1867

 Una isla perezosa donde Naturaleza

Produce árboles únicos y frutos sabrosísimos,

Hombres que ostentan cuerpos ágiles y delgados

Y mujeres con ojos donde pinta el asombro.

 Guiado por tu aroma hacia mágicos climas

Veo un puerto colmado de velas y de mástiles

Todavía fatigados del oleaje marino,

 Mientras del tamarindo el ligero perfume,

Que circula en el aire y mi nariz dilata, 

En mi alma se mezcla al canto marinero.

            Pablo Neruda 1904- 1973

 Tus cúpulas parieron el peligro

desde la nave de los ventisqueros,

y en tu dorsal desierto está la vida

como una viña bajo el mar, ardiendo

sin consumirse, reservando el fuego

para la primavera de la nieve